El caso de Bruce guarda una gran similitud con el caso de Betty la Fea, cuando a Betty le pide don Armando Mendoza que maquille los Estados Financieros de la Compaía ECOMODA, en ese caso en partícular las cosas salieron más o menos bien. pero volviéndo a la pregunta lanzada por la profesora Maricela, sobre que haría yo
si fuera Bruce. me veo obligado a hacer la siguiente instrospección
Estoy realmente obligado a obedecer una orden que atente directamente en contra de mis principios de honradéz, "LEALTAD", y decencia inculcados previamente desde una infancia temprana.?
Estaría dispuesto a romper con mi juramento de profesional de la Contabilidad.?
Podría ver a mis hijos a la cara y decirles que sigan todos mis ejemplos......!
Creo que lo mejor sería seguir el consejo dado por el auditor externo, amigo de Bruce, que recomienda agotar todas las opciones legalmente viables y dejar claro que soy un profesional comprometido con mi país y que mi nombre debe estar libre de mancha y de duda.
Estoy de acuerdo con ud, ya que nunca tenemos que olvidar nuestros principios, por lo que veo entonces que es ud toma decisiones de forma racional?
ResponderEliminarMuy bien hay que utilizar nuestra capacitación universal, en donde fortalecemos nuestras relaciones interpersonales, comunicación y solución de conflictos en grupo.
Totalmente de acuerdo, los principios son de las cosas que con más fuerza se deben defender ya que, marcan la dirección que toma nuestra vida...
ResponderEliminarMe parece excelente tu planteamiento. Primero que nada debemos de tener como prioridad sobre nuestros valores y lo que somos como persona. Nadie nos puede obligar a actuar en contra de nuestra voluntad y menos en este tipo de situaciones que involucran nuestra ética y valores.
ResponderEliminarMuchas gracias a los compañeros que han comentado, la verdad la vida nos pone muchas veces pruebas a ver si las pasamos, ahí es donde se demuestra el carácter de una persona, cuando debe tomar una decisión que quizás le puede hacer perder mucho dinero.
ResponderEliminarAl final de cuentas, la satisfacción de poder ver a los demás de frente sin ningún secreto escondido y sin nada que nos puedan reprochar, vale la pena y se siente rico.